domingo, 12 de octubre de 2008

Experiencia común, sensaciones únicas


La aventura de la que hablaba en entradas anteriores ya ha comenzado. Desde hace tres días se puede decir que vivo en Brighton, una de las ciudades costeras más importantes de Inglaterra. Realmente lo que pretendo hacer aquí no es nada peculiar, ya que como casi todos los jóvenes de hoy en día he decidido aprender inglés y trabajar en el extranjero. Sin embargo, la sensación que produce está decisión me está generando pensamientos, miedos y alegrias que nunca antes habia experimentado. De ahí, supongo, que todo el mundo aconseje hacer este tipo de viajes al menos una vez en la vida.

La primera sensación que se tiene nada más salir del avión es la del comienzo de una especie de vacaciones, pero según llegué al albergue deseé que se acabaran dichas vacaciones y encontrar una casa donde vivir con más comodidad, por lo menos con la mínima posible.

En ese tema he tenido suerte, ya que al día siguiente ya contaba con un sitio para alojarme durante un mes, y aunque aún ando por la casa un poco perdida, da mucha tranquilidad tener un sitio fijo en tan poco tiempo.

Lo que más extraño me parece es estar mirando la ciudad, sus calles, sus bares, sus tiendas, y pensar que van a ser mis calles, mis bares y mis tiendas durante un tiempo. Y es que aún no me hago a la idea de que estoy viviendo del todo aquí. Supongo que esa sensación comenzará cuando comience las rutinas propias de trabajo, y más vale que sea pronto porque de lo contrario ya me puedo ir olvidando de que Brighton sea mi ciudad. Sólo espero que esto no sea unas simples vacaciones. Crucemos los dedos!!!!!

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